“Si quiero, MissMovil!!”

Aunque es una frase conocida para cualquier boda de película (cambiando Miss Movil por otro nombre); no está muy lejos de la realidad que los contratos de permanencia con las operadoras de móviles hoy día tienen algunas semejanzas con una boda, a excepción del “para toda la vida”.

Estas semejanzas las tenemos tanto en cosas positivas como negativas para el propio usuario. Empezaremos detallando aquellas cosas positivas que se parecen entre ambos hechos contractuales de este siglo de las telecomunicaciones.

Cuando una persona se casa obtiene múltiples beneficios fiscales, así como diferentes regalos de la boda además de asegurarse el tener a una persona a nuestro lado mientras dure el contrato firmado en la Iglesia. Si observamos, los contratos de permanencia solo se realizan bajo la compra de terminales a muy buen precio (y alguna oferta muy exclusiva pero no es lo general). Es decir, nos aseguramos un terminal móvil muy barato, cuyo valor duplica el pagado, y cuando se termine el contrato siempre podemos comprar otro (o volvernos a casar…)

Otra ventaja de ambos casos es la desconocida. La llamo así pues por norma general se desconoce que, si la operadora aumenta las tarifas o cambia las condiciones del mismo, a peor, éste queda roto sin otro tipo de acción en nuestra contra.

Por otro lado, durante la permanencia del contrato siempre podremos observar que en otras operadoras, (no deseo hacer ninguna analogía tan estrambótica en este momento), hay mejores tarifas y a final de mes un bolsillo mas lleno. Esto es justo el caso contrario de si la operadora cambia las tarifas, es decir, ahora somos nosotros los que rompemos el contrato (o nos divorciamos), teniendo que abonar un dinero por incumplimiento de las fechas establecidas.

Hay que destacar que el gasto mensual de las operadoras que realizan este tipo de contratos suele ser muy superior a operadoras virtuales que no regalan ningún móvil o al menos no con esos contratos. ¿Será que estamos pagando el móvil durante ese año y medio de permanencia sin saberlo?

SI estamos insatisfechos con el trato recibido de la operadora, no podremos darnos de baja y romper el contrato, a no ser que queramos pagar. Ya sabes, dado el paso, ya no hay vuelta atrás. Eso nos limita la libertad de cambiar de operadoras según nuestras preferencias económicas o incluso en cuanto a la cobertura se refiera.

Pero no solo nos afecta de este modo; sino que además esto provoca que otras operadoras con menos recursos tengan problemas para entrar en un mercado monopolizado y de gran futuro. De esa manera, solo unos pocos moverían la mayor parte de los clientes, llevando consigo unas tarifas superiores a las que podríamos tener con un mercado libre donde la competitividad entre operadoras sea justa y equilibrada, dando posibilidad de jugar a los más pequeños. Cómo dicen, hasta los feos se casan ;)

Finalmente me gustaría comentar que las analogías no querían realizar sino una lectura más amena, que ningún comentario está hecho en exclusiva a ningún sexo en particular, y que la belleza se lleva por dentro. Como conclusión comentar que en Europa se paga menos de media, pues sus operadoras de móviles virtuales entraron ya hace años, con una media del 10% del mercado, o incluso 25% en países como Suecia, mientras que España aún está muy lejos de proporciones parecidas.

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